Elecciones presidenciales de Venezuela de 1998

Bajo la misma, el presidente incumbente, Rafael Caldera, no podía presentarse a la reelección.

El expresidente Rafael Caldera, que había abandonado COPEI recientemente, resultó nuevamente electo en 1993 por medio de una nueva formación, Convergencia, a su vez apoyado por una coalición conocida como el Chiripero.

[7]​ En su plataforma electoral incluía el indulto a los participantes en las intentonas golpistas fallidas, que se hizo efectivo en 1994.

Entre los liberados se encontraba uno de sus líderes, Hugo Chávez, encarcelado tras el primer intento.

Sin embargo, el gobierno de Caldera no pudo tampoco combatir la situación económica adversa.

[8]​ Durante los primeros años posteriores a su liberación, Chávez se mostraba escéptico con respecto a la idea de presentarse como candidato, pues consideraba que las elecciones eran una mera formalidad que legitimaba el orden establecido.

[9]​ Chávez consideró ejecutar otra intento de golpe de Estado, pero ante las escasas perspectivas, algunos asesores, en particular Luis Miquilena, lo instaron a reconsiderar su escepticismo sobre las elecciones, argumentando que una victoria convincente para Chávez llevaría a que el establishment político no pudiera negarle el poder.

Para averiguar si este era el caso, Chávez formó equipos de psicólogos, sociólogos, profesores universitarios y estudiantes para llevar a cabo una encuesta.

[7]​ Sin embargo, su apoyo cayó en picada hasta un 15 % a medida que el público se mostraba cada vez más escéptico con respecto a su preparación para ejercer la presidencia, y perdió una gran cantidad de su antigua credibilidad cuando aceptó el respaldo de COPEI.

[2]​ En el transcurso de 1998, se hizo cada vez más claro que la campaña era una carrera entre Henrique Salas Römer y Hugo Chávez.

[2]​ Las elecciones de 1998 fueron las primeras que se llevaron a cabo con un Consejo Nacional Electoral no partidista.

[2]​ Mientras que Venezuela tradicionalmente había proporcionado observadores electorales a otros países latinoamericanos, la incertidumbre del nuevo sistema y la posibilidad de un traspaso a un partido no tradicional aumentaron los riesgos en términos de demostrar que las elecciones serían justas, y Venezuela invitó a observadores internacionales para monitorear los comicios por primera vez.

[2]​ Según el CSE, la abstención fue del 36,54% del electorado;[15]​ y los resultados fueron: Luego de su elección al cargo, Chávez prometió que no devaluaría el bolívar y que no se crearían controles de cambio.

Chávez en un mitin de campaña.