Fue el tercer hijo de Aarón, sus dos hermanos mayores, Nadab y Abiú, habían fallecido antes que su padre, en el monte Sinaí, como castigo por haber ofrecido un fuego profano a Yahveh.
Lo atraviesa con una lanza, e igual suerte corre la moabita, cesando así la mortandad en Israel.
Muerto Moisés, Eleazar se encarga de consagrar las piedras conmemorativas en el Jordán y luego está siempre presente en todos los actos religiosos concernientes a las guerras con Jericó, Ay y los Reyes del sur.
Finalmente coopera con Josué en el reparto de las tierras que corresponderán a cada tribu.
Luego se les explicará que tal altar constituye la prueba de que aquellas tribus también cruzaron el Jordán y estuvieron presentes en la conquista de Canaán.