En las pesquisas subsiguientes intervinieron los Sargentos George Godley, Stephen White y William Trick.
En la prensa se manejó el nombre de Lydia Hart, una prostituta que había desaparecido tiempo atrás, como posible víctima, pero el dato jamás fue verificado.
[6] La tarea principal la llevó a cabo el forense Frederick Gordon Brown, que efectuó la autopsia sobre aquellos restos humanos.
La idea no prosperó, ante la falta de aval médico y por la notoria disimilitud con los crímenes atribuidos a Jack el destripador.
El amputado cuerpo pudo ser material clínico del cual se deshicieron estudiantes de medicina, y esta fue la posición que prevaleció.