Como Benson canceló su negocio de ganado debido a los cuatreros, deciden fundar una herrería.
Sin registrar la concesión, ambos socios explotan en secreto el filón y obtienen importantes beneficios.
Además, a continuación, Al Miller, el hijo del sheriff, hiere y roba al banquero del pueblo después de que Benson haya depositado su dinero en el banco.
Posteriormente, Harris y Cole asaltan a Benson para exigirle que confiese dónde está el filón de oro.
Gracias al aviso de su perra, Jerry localiza a su socio, quien solo está levemente herido.
Una vez allí, los dos bandidos le acusan de haber asesinado a Benson para quedarse con su oro, y es detenido.
Benson acude al juzgado disfrazado de mujer y sin que nadie le reconozca.
[2] No había muchas oportunidades para la interpretación en Lone Star, así que el trabajo de Wayne era esencialmente físico.
[3] Era habitual que el actor tuviera algún rasgo de humor ingenuo en estos filmes.
[4] Si en su anterior película los críticos se habían limitado a resaltar su atractivo físico, ahora admitieron que era bastante bueno.
No solo tardaba bastante tiempo en incorporarse a la acción, sino que tenía muy poca participación en ella.
Usó ya la voz de «Gabby», aunque no se vistió y maquilló todavía como luego lo haría para componer este estereotipo.
[10][11][8] Al final del filme ofrece una alocada actuación travestido como una dama de mediana edad.
[9] Al igual que Jinetes del destino, El texano afortunado fue dirigida por Robert N. Bradbury.
[18] En la persecución final, el héroe galopa sobre su blanco caballo, pero su socio utiliza un desvencijado automóvil y los villanos una carretilla ferroviaria.
[22] La economía de medios se aprecia en la secuencia en la que Yakima Canutt intenta agarrar a un burro y se ve superado por el animal, ya que es posible oír al fondo las risas del equipo.