Tras su llegada el Profesor Sócrates, conoce a Doña Hortensia (Marga López), una mujer joven y viuda, quien se dedica a alquilar las habitaciones de su casa para poder tener un sustento, donde Sócrates estará alojado.
Don Margarito no se da por vencido y comienza a manejar diferentes situaciones con la gente de El Romeral, para ponerlos en contra de Sócrates, por lo que da dinero a Don Zenaido, propietario del inmueble usado como escuela, pero Don Margarito no cuenta con que el tiempo ha avanzado y los niños quieren seguir estudiando, por lo que continúan las clases a pesar de no tener el aula apropiada para seguir impartiendo la educación.
Don Zenaido, quien es el responsable del incendio, se da cuenta de que su intento por correr al profesor del pueblo ha sido en vano, pues sus estudiantes siguen acudiendo a clases aunque ya no tengan una escuela improvisada.
Al día siguiente, los niños están buscando a su profesor, pero no hay pistas de dónde podría estar, mientras que los cómplices de Don Margarito, les comunican a Hortensia y al Padre Gonzalo, que Sócrates se encuentra bien, pero que no pueden comunicarlo a toda la gente de El Romeral.
El Profesor Sócrates alcanza al gobernador, a quien le cuenta todas las barbaridades y delitos que ha cometido Don Margarito durante su estadía: quitar terrenos a los habitantes de El Romeral y corromper y sabotear la educación de la niñez, al sobornar a Don Zenaido para que convirtiera la escuela en cantina.