Las víctimas atribuidas a un único asesino en serie fueron cuatro, aunque hubo diez muertes más que pudieron haber sido cometidas por la misma persona o por otras distintas, sin que existan conclusiones al respecto.
El criminal nunca llegó a ser identificado y tampoco se encontró el arma homicida.
[2][8] Por el asesinato de Marina Lepre se detuvo unos días después, merodeando cerca del lugar del delito a un médico ginecólogo sexagenerio, esquizofrénico, que nunca había ejercido, fallecido en 2006, y poco tiempo después del arresto excluido de la investigación por falta de pruebas.
A pesar de que a lo largo de veinte años se realizaron algunas detenciones, las investigaciones nunca dieron resultado y la incógnita se ha mantenido en el tiempo.
[3][10] Los investigadores aseguraron que al menos cuatro de las víctimas fueron asesinadas siguiendo el mismo patrón y un «ritual» similar, lo que permitió confirmar la autoría de una sola persona.