El mar de fuego

Aquí, en un mundo seco y yermo de cavernas subterráneas construido alrededor de un núcleo de lava fundida, las razas menores--humanos, elfos y enanos--parecen haberse extinguido.

Abarrach, el Mundo de Piedra es eso: lava, piedra, gases venenosos y muy poco y preciado alimento que se pueda cultivar.

No queda ni rastro de los mensch, y los pocos habitantes que quedan -todos ellos Sartan- se hallan extremadamente debilitados, reservando gran parte del consumo de su magia innata en mantenerlos vivos.

Haplo es enviado a este mundo y descubre, para su gran sorpresa, que Alfred de alguna manera se había infiltrado en el Nexo y había viajado como polizón en su nave.

Ambos se ven forzados a revivir las memorias más dolorosas del otro: Haplo, como un niño de siete años, siendo testigo de los cadáveres asesinados de sus padres y siendo aleccionado para tener presente que todo es por culpa de los Sartan y Alfred, despertándose para descubrir que él es el único Sartan que queda vivo en Ariano y, hasta dónde él sabe, el único en todos los mundos.