Sugiko vende su kimono y recauda suficiente dinero para que toda la familia salga a divertirse.
Sin embargo, Tomibo (Tomio Aoki), el hijo de un vecino, es herido por un caballo y Ryōsuke lo lleva al hospital.
Allí le da su dinero a la madre de Tomibo para que ella pague la factura del hospital.
Tsune ve todo esto, y más tarde le dice a Ryōsuke que la ha hecho sentir orgullosa por su acto desinteresado.
De vuelta en Shinshū, Tsune le dice a su amiga en la fábrica que su hijo se ha convertido en un "gran hombre".