La trama sigue la vida del segundo teniente Giovanni Drogo desde el momento en que, convertido en oficial, es destinado por primera vez a la fortaleza Bastiani, muy lejos de la ciudad.
Sin embargo, no han aparecido amenazas en ese frente durante incontables años; la fortaleza, ahora privada de su importancia estratégica, es ahora solo un edificio encaramado en una montaña solitaria, de la que muchos incluso ignoran su existencia.
Le confiesa al mayor Matti que quiere pedir un puesto más cercano a la ciudad y este le aconseja esperar cuatro meses hasta el examen médico periódico, después del cual podría hacerlo trasladar por motivos de salud.
Los militares se apoyan en una sola esperanza: ver aparecer al enemigo en el horizonte, contra las expectativas de todos.
El día del examen médico, que debería comprobar su incapacidad para el servicio en la fortaleza, Drogo la ve de pronto transformada; ante sus ojos se expande enormemente con pasarelas, terrazas y muros que nunca ha visto.
Mientras tanto, todos se han acostumbrado a considerarlo un trabajo de ingeniería civil.
Drogo verá morir a algunos de sus camaradas, otros abandonarán la fortaleza siendo jóvenes o viejos.
Drogo, en efecto, reflexionando sobre toda su vida, comprende en sus últimos momentos cuál era realmente su misión, la oportunidad de demostrar su valor que había estado esperando toda su vida: enfrentarse con dignidad a la muerte, exiliado entre gente desconocida.
La transposición de esta idea a un fantástico mundo militar fue casi instintiva para él.
La película se focaliza mucho menos en Drogo que la novela, omitiendo por completo su vida fuera de la Fortaleza (salvo al principio de la obra) y obviando por tanto su relación con sus antiguos amigos y su propia madre.
Así, Zurlini penetra mucho menos en los pensamientos de Drogo que el narrador omnisciente de la novela, de modo que el espectador no llega a comprender por qué Drogo duda entre irse y quedarse en la Fortaleza, y su relación con el capitán Ortiz se desarrolla mucho menos.
La película comienza siendo narrada por la madre de Drogo, mientras que en la novela es constante el narrador omnisciente.
La escena final es muy diferente, ya que en la novela Drogo muere de noche en una posada, tras sonreír por última vez, mientras que en la película muere de día, aún en el carruaje e inexpresivo.