Esta obra es una pintura religiosa en la que aparece el donante, el cardenal Alberto de Brandeburgo, arrodillado frente a Jesucristo en la Cruz.
Detrás del Gólgota puede verse la representación de una tormenta con las oscuras nubes arremolinándose.
Además, el tamaño de ambas figuras es semejante, y no más pequeño el cardenal.
Alberto no mira directamente a Cristo, sino que parece más bien desviar la vista hacia el exterior del cuadro.
Contribuye a que el cuadro sea más expresivo, junto con el paño ondulando ante el viento de la tempestad.