La maestra, dispuesta a terminar con la "feliç ignorancia", mantiene un cierto tira y afloja con el Cabezota pero finalmente, y a pesar de la postura de su padre, Pedrín decide asistir a la escuela habilitada en una antigua ermita acondicionada en la salida del pueblo, "para ver de que se trata".
Durante la jornada el chico se pelea con unos compañeros que han introducido unas gallinas por una ventana boicoteando la clase.
Al regresar a casa y ver como su hijo ha tenido una pelea Pedro se reafirma en la postura de que su hijo no asista a la escuela.
El enfrentamiento con las autoridades termina con Pedro Pinzalez juzgado (fortuitamente empuja al alcalde), y posteriormente encarcelado unos meses, durante los cuales su hijo ha de asistir a la escuela para que su padre no vea aumentada su condena, aunque le promete que "no aprenderá nada".
Terminada la reclusión padre e hijo se reúnen de nuevo.