El barranco

Por eso el mayordomo aconseja a la patrona tender en el corral el cuero del Pringo estirándolo con estacas, para que la vaca Ene continuara el ritual de siempre.

En efecto, así ocurre: la vaca, demostrando mucha ternura, se acerca al cuero de su becerrito y lo lame largo rato, mientras la vaquera aprovecha para ordeñarla.

En otro aspecto, el manejo estilístico es acertado: al lenguaje castizo y bien expresado de las descripciones se suman los diálogos de los quechuahablantes, que el escritor ha traducido acertadamente sin perder la esencia expresiva del alma nativa, sumando algunas voces quechuas, deviniendo todo en un conjunto armonioso.

El mundo que recrea el escritor no es elaborado sobre la base del escenario externo, sea éste paisaje o acción, sino de adentro hacia afuera.

Su íntimo contacto con el mundo andino, de las costumbres y la lengua quechua, le sirvió para retratar fielmente una purísima visión del espíritu nativo.