[5][6] Su rodaje tuvo como escenarios externos San Juan de Luz, Ciboure, Irún y Madrid.
[7] La miniserie comienza con el asesinato de Arriaga (Argala) por un grupo que quería vengar la muerte del almirante Carrero Blanco.
Al final del filme se plantea la posible implicación de Estados Unidos en el atentado, mostrando que los explosivos que los etarras pusieron no habían explotado (tal vez por una mala manipulación).
Por otra parte, los encargados de los efectos especiales fueron Alberto Luceño y Helen Martí, con Verónica Pérez como coordinadora.
Según el guionista y productor ejecutivo, Nacho Faerna, la miniserie ha tratado de respetar los espacios originales en los que se sucedieron los hechos.
A esta última teoría, que nunca ha sido acreditada, se le conceden bastantes visos de verosimilitud".
[16] A esta crítica respondió también en El País, a través de una carta al director, el guionista y productor ejecutivo de la miniserie, Nacho Faerna: "Si nuestra intención hubiera sido hacer un biopic del almirante comprendería mejor la crítica, pero al centrarnos en los preparativos y ejecución del magnicidio creo que dotamos al personaje de muchísima mayor dimensión que, por ejemplo, la célebre película de Pontecorvo, Operación Ogro, en la que Carrero era “interpretado”, literalmente, por un figurante".