Especializado en papeles secundarios, ha trabajado con importantes directores españoles como Vicente Aranda, Fernando León de Aranoa, José Luis Garci, Bigas Luna y sobre todo con Álex de la Iglesia.
Más tarde se enroló con la compañía Juan sin Miedo haciendo títeres en televisión.
Dos años después Fernando León de Aranoa volvió a contar con él para Los lunes al sol.
Compagina sus trabajos cinematográficos con incursiones en series televisivas como Aquí no hay quien viva, en la que parodia al hombre trabajador cuyo hijo (Roberto: Daniel Guzmán) se iba a casar con la hija (Lucía: María Adánez) de un hombre corrupto (Rafael: Nicolás Dueñas).
Este rol quedó asociada con la imagen más característica del actor: un hombre hastiado, resignado, incrédulo, situado en la clase media baja.
En diciembre recibió una candidatura al Premio Goya a la mejor interpretación masculina de reparto por su trabajo en Ninette y que perdió frente a Carmelo Gómez, galardonado por El método.
En Luz de domingo vuelve a interpretar a un miembro de clase proletario y que sirve al cacique del pueblo (Carlos Larrañaga), y que le ejecutará al traicionarle.
Ese mismo año hace su quinta película con José Luis Garci, que lleva por título Holmes & Watson.