Un joven conductor de camión, Juan Manuel Mendoza (Gabriel Porras), quien parecía llovido del cielo, conmocionado por la situación rescata a Eugenia, Daniel y Salvador; por una serie de pruebas Salvador llega a creer que su amada esposa murió.
Eugenia siempre le estará agradecida a Juan Manuel de quien ella se enamora perdidamente más tarde.
Se gana la vida como siempre puede, honesta y dignamente hasta que un señor se casa con ella solo para darle su nacionalidad estadounidense y una pequeña herencia que le sirvió para irse a Paztcuaro, Michoacán, México.
Por otra desgracia del destino, ella cree que su familia vive en Estados Unidos y decide volver.
Él está totalmente confundido por esto, porque la vio crecer y nunca tuvo ojos para otra cosa que amistad.