La película es considerada la ópera prima del director, quien desarrolla su obra en concordancia a un discurso y compromiso personal con la sociedad, que visibiliza aquellos sectores que retrata en sus obras, manteniendo su labor en territorios periféricos de la capital.
El Pejesapo comienza con Daniel SS, quien es un adulto que habita en la región metropolitana.
Sin embargo, el río parece rechazar a todo aquel que intente arrojar las miserias en su caudal y lo arrastra hasta la orilla impidiendo lograr su objetivo.
"Nos distanciamos, entonces, de algunos textos escritos durante los años sesenta y setenta en distintos países latinoamericanos (ensayos de directores tales como Glauber Rocha, Octavio Getino o Julio García Espinosa, por nombrar a algunos).
Textos, en general, que comienzan con la división de un cine como objeto de consumo (Getino y Solanas), o de un cine perfecto “como un cine –técnica y artísticamente logrado–, reaccionario” (García Espinosa) versus un cine miserabilísimo (como denomina Glauber Rocha al Cinema Novo, “que describe, poetiza, discursa y analiza los temas del hambre”) o imperfecto (al que “no le interesa más la calidad ni la técnica).