El Juguete Rabioso

Fundado por los compositores Federico Bonasso y Santiago Behm junto a otros músicos que después dejarían el grupo, El Juguete Rabioso vivió diferentes etapas.

El grupo realizó diferentes giras por México durante los noventa, y tocó también para el público hispano en Estados Unidos.

Federico Bonasso, que durante muchos años se ha dedicado al score para películas, comenzó la producción de su primer material solista en 2015.

Probablemente esto marcó sus primeras influencias musicales, notoriamente originadas en el rock que se hacía en el Cono Sur.

En esos años, cuando empezaban a convivir la creciente demanda por el rock en español con los medios masivos conservadores y vigilados, este primer Juguete Rabioso vivió episodios singulares.

Encontrarían un primer mánager: Rodolfo Muratorio, quien los ayudaría a crecer y les haría compartir escena con grupos como Ritmo Peligroso.

De esa primera etapa ha quedado un demo, que circula incompleto y esporádicamente por las redes sociales.

Desde su llegada asumió un compromiso definitivo con la filosofía del grupo y se convirtió en parte esencial de su alma.

Fueron abridores en el Auditorio Nacional de los suecos Roxette y comenzaron a presentarse ante públicos más numerosos.

Con el tiempo, el tema de George Abel Ramírez, “Mercenario”, se convertiría en la canción más esperada en los conciertos.

Su actividad musical hizo eco de su primer compromiso político y se dedicaron junto con tantos otros grupos, como Santa Sabina, o Los de Abajo, a intentar cortar los cercos informativos y propiciar una imprescindible discusión sobre el tema.

Esto significó un nuevo ajuste en el carácter; y los tonos de pop que vivían en Caras modernas dieron paso a un rock más crudo, pasado esta vez por mayores distorsiones y una actitud interpretativa mucho más despojada.

A pesar de su contenido y buena factura, Almatotal no vivió el destino esperado.

Una gira por las principales ciudades del país en compañía de destacados grupos contemporáneos, como La Cuca, La Castañeda o un entonces poco conocido Molotov.

No es atrevido afirmar que aquel Juguete Rabioso del “Guateke Tour” fue el más sólido musical y escénicamente hablando.

Con ensayos en el Teatro Nacional de Cuba y un concierto en La Habana,[5]​ el Juguete volvió a cantar.