El dibujante, Solano López, no estaba previamente al tanto del giro que los guiones de Oesterheld había tomado ya desde antes (como por ejemplo en la versión con Breccia, La guerra de los antartes o Evita, vida y obra de Eva Perón), y manifestó su desacuerdo con el rumbo que se le estaba dando al personaje.
[1] Sin embargo, la historia no quedó inconclusa y HGO logró concluirla un año antes; cabe mencionar que Solano López manifestó tener dudas sobre si los guiones finales de El Eternauta II fueron realmente escritos por Oesterheld o por otra persona en su lugar.
[cita requerida] La historia parte del punto donde terminó la primera, con el guionista de historietas parado ante la casa de Juan Salvo, quien olvidó todo al reencontrarse con su familia, y que recibía a Favalli, Lucas y Polsky para jugar al truco.
Luego el guionista se dirige a su casa, perturbado y aún no pudiendo creer lo que le acaba de pasar: Cuando entra a su casa, él piensa que todo lo que le pasó pudo haber sido una alucinación o un fuerte dolor de cabeza.
Cuando Juan quiere saber qué le dice Favalli, descubre que Favalli, Polsky y Lucas habían desaparecido (Polsky muere al principio de la nevada, Lucas es asesinado por un sobreviviente y Favalli es convertido, al final de la historia, en un hombre robot junto con Alberto Franco, Pablo y Mosca).
Cuando están por salir, un jilguero común se pone a cantar, incluso, mucho mejor que un canario.
Mientras Germán está sorprendido por su descubrimiento, Juan ve allí cerca a una liebre.
Aparece un chimango y, atacándola por detrás, parte el cráneo a la liebre.
Juan no lo piensa dos veces y le saca al cachorro un hueso que tenía atorado en la garganta.
Mientras Germán sigue buscando, Juan lo llama y le muestra unas huellas que hay en el suelo.
Germán, que había estado corriendo más lento por la edad, se dobla el tobillo, y no puede seguir.
Cuando el gurbo estaba por matarlos, aparece la jauría de perros que atacan a los pies del gurbo, ya que los pies eran la parte más sensible de colosal monstruo.
Juan va a ayudarlo y deja el rifle sobre un árbol, pero cuando se da cuenta, éste desaparece.
Cuando se dirigen hacia los matorrales, porque de ahí venían los guijarros, descubren quiénes eran los que los lanzaban.
Sin embargo, en la confrontación se revela que Juan Salvo sería un "mutante", con distintas habilidades sobrehumanas: gran fuerza en sus manos, no se agota, capacidad de notar a otras mentes cercanas (aunque no entenderlas, por lo que no llega a ser un telépata), de entender el funcionamiento de cualquier máquina sólo con verla, etcétera.
Otro "Mano" capturado les revela el propósito de las 500 personas solicitadas: serían usadas como combustible, para que los "Ellos" regresen finalmente a su planeta.
Incluso más, los "Ellos" no son muchos como se había pensado, sino solamente dos.
Pero de todos ellos, sólo Juan, Germán y Bigua llegan hasta allí: en dos ocasiones, Juan mandó a todos los demás a la muerte, para que los que sobrevivan continúen con la misión.
El ataque a las cuevas comienza mientras tanto, con zarpos con alas mecánicas y barcos con cañones.