[7] Algunos datos sobre los que no parece haber discusión son su ascendencia noble, su posición económica acomodada y su notable cultura.Salió de Jerusalén hacia Egipto en 382, visitó Alejandría, Tebas, el mar Rojo y el Sinaí.Visitó luego Antioquía, Edesa, Mesopotamia, el río Éufrates y Siria desde donde regresó vía Constantinopla.Esta parte del códice, que relataba un viaje por Tierra Santa, había sido redactada en el monasterio de Montecassino, y trasladada a Arezzo por Ambrosio Restellini, abad de Montecassino desde 1599 a 1602.[10] Durante casi veinte años se barajó la hipótesis de Silvia, o Silvina como autora del texto, hasta que en 1903 Marius Férotin publicó un estudio en la Revista de Cuestiones Históricas[11] atribuyendo el mismo a la virgen española Egeria.Solía emplear como hospedaje las mansio, o casas de postas, o en otras ocasiones acogiéndose a la hospitalidad de los monasterios implantados en Oriente desde hacía años, pero todavía casi desconocidos para Occidente.Varias menciones a lo largo del manuscrito sugieren la posibilidad de que contara con algún tipo de salvoconducto oficial que le permitió recurrir a protección militar en territorios especialmente peligrosos.[12] El Itinerarium se divide en dos partes: la primera narra el viaje y comienza cuando Egeria está a punto de subir al monte Sinaí, tras haber visitado Jerusalén, Belén, Galilea y Hebrón.Desde ahí se dirige al monte Horeb, y regresa después a Jerusalén atravesando el país de Gesén.
Gracias a la
pax romana
, una ciudadana del Imperio podía viajar desde Gallaecia hasta Mesopotamia casi sin obstáculos. Esto sucedía entre los años 29 a. C. y 180 d. C.