En un accidente ferroviario se produce el denominado efecto telescópico cuando la estructura de un coche hace colapsar a la de otro, cuya carrocería atraviesa.
Los lados de la carrocería, el techo y el bastidor inferior del segundo vehículo son separados debido a la fuerza del impacto.
[1] Los accidentes de este tipo pueden causar muchas muertes si los coches afectados están completamente ocupados.
El coche que viaja en la parte delantera a menudo será destruido por la estructura del coche trasero, aplastando a los pasajeros que están a bordo (aunque la física del incidente puede invertir los roles de los coches).
[2] Los accidentes donde se produjo el efecto telescópico son numerosos, e incluyen: Para reducir la posibilidad de que cabalguen unos sobre otros, los vehículos ferroviarios y de tranvía a menudo cuentan con un antiescalador: una placa con estrías horizontales en el extremo del chasis, que en caso de colisión se enganchará con el dispositivo antiescalador del siguiente coche.