Este efecto fue sugerido por primera vez en 1956[3] en un estudio relacionado con trasplantes de células hematopoyéticas en un modelo murino (roedores).Sin embargo, basándose en observaciones indirectas y diversos supuestos se ha podido definir este efecto.Las células NK son linfocitos de la respuesta inmune innata que poseen diversos receptores activadores e inhibidores.Como ya se ha mencionado, el efecto injerto contra tumor suele estar unido a EICH, que es el principal responsable de los efectos adversos y perjudiciales para el huésped, tales como mortalidad o morbilidad, que suelen venir asociados a este tipo de trasplante.La administración de células T (manipuladas o sin manipular) que median el EICT, junto con las células NK derivadas del donante, son los métodos más directos para restaurar el EICT.[12] Al igual que ocurría en las terapias con células T, vamos a tener 2 abordajes principales:
Diferentes TCR desarrollados para inmunoterapias con células T.