Efecto de Stroop

[5]​  Sin embargo, el efecto fue primeramente publicado en 1929 en Alemania por Erich Rudolf Jaensch,[6]​  y sus fundamentos pueden ser rastreados a los trabajos de James McKeen Cattell y Wilhelm Maximilian Wundt en el siglo XIX.

[7]​[8]​ El efecto debe su nombre a John Ridley Stroop, que lo publicó en inglés en 1935 en un artículo del Journal of Experimental Psychology titulado "Studies of interference in serial verbal reactions" que incluye tres experimentos diferentes.

Sin embargo, el efecto fue publicado por primera vez en 1929 en Alemania por Erich Rudolf Jaensch, y sus raíces pueden seguirse hasta los trabajos de James McKeen Cattell y Wilhelm Maximilian Wundt en el siglo XIX.

[5]​ En el primer experimento, las palabras y las palabras-problema fueron utilizadas (véase la primera figura).

Por ejemplo, tendrán que leer “morado” sin importar el color de la fuente.

Dicha interferencia fue explicada por la automatización de la lectura, donde la mente determina automáticamente la semántica del significado de la palabra (se lee la palabra “rojo” y se piensa en el color “rojo”), y después intencionalmente revisarse a sí mismo en vez del color de la palabra (la tinta es un color diferente del rojo), un proceso que no es automatizado.

[5]​ Los estímulos en los paradigmas de Stroop pueden ser divididos en 3 grupos: neutrales, congruentes e incongruentes.

Estímulos incongruentes son aquellos en los que la tinta del color y la palabra difieren.

[10]​ Un primer hallazgo es la interferencia semántica, la cual establece que nombrar el color de la tinta de un estímulo neutral  (por ejemplo cuando la tinta del color y la palabra no interfieren uno con el otro) es más rápido que en condiciones incongruentes.

Se le llama interferencia semántica ya que generalmente se acepta que la relación de significado entre la tinta del color y la palabra está en la raíz de la interferencia.

[10]​ El segundo hallazgo, facilitación semántica, explica el descubrimiento que nombrar la tinta de estímulos incongruentes  es más rápido (por ejemplo cuando la tinta del color y la palabra concuerdan)  que cuando el estímulo neutral se presenta (ejemplo estímulo 3, cuando solo se presenta un cuadrado de color).

El tercer hallazgo es que ambos la interferencia semántica y facilitación, desaparecen cuando la tarea consiste en leer la palabra en lugar de nombrar la tinta.

Después, el córtex prefrontal dorsolateral medio selecciona la representación que cumplirá la meta.

Esta idea está basada en la premisa que la lectura automática no necesita atención controlada, pero aun así utiliza suficientes recursos atencionales para reducir la cantidad de atención accesible para el procesamiento de la información del color.

[23]​ Esta teoría sugiere que mientras el cerebro analiza información, vías diferentes y específicas se desarrollan para distintas tareas.

[25]​ En las teorías neo-Piaget del desarrollo cognitivo, diversas variaciones de la tarea de Stroop han sido utilizadas para estudiar la relación entre la velocidad del procesamiento y las funciones ejecutivas con la memoria activa y desarrollo cognitivo en varios dominios.

Además, esta investigación sugiere fuertemente que los cambios en estos procesos con la edad están estrechamente relacionados con el desarrollo de la memoria activa y varios aspectos del pensamiento.

Nombrar el color visualizado de una palabra impresa es una tarea más fácil y rápida si la palabra coincide con el color (arriba) que si no coincide (abajo)
Figura 1 del Experimento 2 de la descripción original del efecto de Stroop (1935). 1 es el tiempo que se tarda en nombrar el color de los puntos, mientras 2 es el tiempo que se toma en decir el color cuando hay un conflicto con la palabra escrita. [ 5 ]