Eduardo de la Barra (historietista)

Estudió en la Escuela México donde los murales de David Alfaro Siqueiros lo impresionaron bastante, eso lo llevó al camino del arte.Las visitas comenzaron a prolongarse con el tiempo, y quedó como ayudante del dibujante Pepo en Condorito.[2]​ De la Barra tuvo que trabajar en empleos esporádicos, y a dibujar para el extranjero, con escasa retribución por sus envíos, hasta vendiendo quesos.En 1982 estuvo en la revista Apsi y en Cauce en 1983, haciendo tiras humorísticas en el suplemento La Cacerola, hacia la democracia con humor, en uno de los ejemplares, retrató a Pinochet como un emperador romano detrás de unas lápidas, haciendo alusión a los detenidos desaparecidos.En 1989, su participación más importante en su carrera de dibujante fue en el suplemento Topaze y Sentido del Rumor,[3]​ en el diario La Tercera.