Con la muerte de su abuelo el General Canuto A. Neri empezaron sus penalidades, pues cesó la única ayuda que recibían él y su señora madre; en consecuencia, tuvo que trabajar como peón en una finca rústica, para no suspender sus estudios.
En la misma escuela en que cursó la primaria, terminó también la secundaria bajo la dirección, sucesivamente, de los profesores Luis E. Puig, Lamberto Popoca y Arturo Sotomayor.
La preparatoria la cursó en la escuela que se encontraba en la esquina que forman las calles de Benito Juárez y Galo Soberón, en la ciudad capital, y ahí mismo inició la carrera de leyes hasta el segundo año.
En este lugar prosiguió sus estudios de abogado hasta el cuarto año, los cuales no pudo concluir pues el gobernador porfirista Damián Flores clausuró la escuela, pero en cambio otorgó una beca de $25.00 mensuales a los alumnos más aprovechados, entre los que se encontraban, aparte de Eduardo Neri Reynoso, Rodolfo Neri Lacunza y Ezequiel Padilla.
Volvió a Chilpancingo, donde abrió su bufete y entró en relación epistolar con Luis Cabrera, quien le encargó la atención de varios casos judiciales que debían ventilarse en los tribunales guerrerenses.
Madero, sinceramente emocionado, lo abrazó ante la multitud y prometió ser siempre fiel a sus principios.
Era evidente que no le atraía la actividad política, y menos quería ser diputado; por eso su suplente ocupó en principio la curul.
Así fueron asesinados Serapio Rendón, Adolfo C. Gurrión y hasta un diputado suplente, Eduardo Pastelín.
De todas maneras, don Belisario imprimió el discurso y lo hizo circular.
Días después escribió otro discurso aún más violento, pero otra vez, el presidente de la Cámara no permitió su lectura por considerarlo subversivo.
En esa valerosa arenga, entre otras cosas, el diputado Neri dijo que no parecían hombres los que seguramente habían asesinado al senador Belisario Domínguez, sino “chacales”, pues no contentos con quitarle la vida devoraron sus restos.
De aquí que, en adelante, se le llamó “chacal” al dictador Victoriano Huerta.
Como los diputados se mantuvieron firmes, Garza Aldape, quien antes de la sesión había ordenado el despliegue del ejército alrededor del recinto parlamentario e invadido el salón de sesiones, las galerías y el vestíbulo, ordenó la aprehensión de los 83 diputados que se encontraban presentes, quienes fueron remitidos a Lecumberri.
Así se hizo, pero con fecha retroactiva, esto es, del 10 de octubre, cuando los diputados ya estaban presos y los senadores habían suspendido sus sesiones.
A resultas de su vibrante mensaje, los diputados tomaron las decisiones que ya se señalan.
Blanco, por méritos en campaña, ascendió a Neri al grado de coronel.
Para su desgracia, no tomó en cuenta que los caudillos militares, sobre todo Obregón, a quien se debía el triunfo sobre Villa, reclamarían, como en efecto sucedió, su acceso al poder.
La XLVII Legislatura al Congreso de la Unión creó la Medalla Eduardo Neri.