Eduardo García-Mansilla

Comenzó sus primeros estudios en París y posteriormente inició la escuela primaria en Amiens, en la Picardía francesa.

Aprendió a tocar el violín en Amiens, pero fue en Vannes, en el colegio jesuita, donde se inició formalmente en su formación musical.

En 1888 ingresó al cuerpo diplomático como agregado a la embajada argentina ante el Imperio austrohúngaro, en Viena, cumpliendo desde entonces una dilatada carrera en diversos destinos, destacando San Petersburgo, capital entonces del Imperio ruso, donde estuvo destinado como Encargado de Negocios durante diez años.

Es justo recordar, además de su pieza lírica La angelical Manuelita, inspirada en la vida de su tía abuela Manuelita Rosas, estrenada en Buenos Aires en 1917, la ópera Iván, estrenada en San Petersburgo en homenaje al zar Nicolás II, y su Himno al 25 de mayo, para coro y orquesta, que dedicó al general Bartolomé Mitre.

Era García-Mansilla un “causeur” fino, ameno, interesante, un humorista, un espiritual, pues no solo dominaba el arte, la música, la poesía, la literatura, sino que hombre de erudición, vastamente preparado, solía abordar cualquier tema, con conocimientos de causa".

Tumba de García-Mansilla en el Cementerio del Père-Lachaise