Eduardo Gallegos Mancera desarrollo grandes relaciones internacionales con dirigentes comunistas de todas partes del mundo.
Estando en la cárcel de El Obispo, se integró al comité organizador del Partido Democrático Nacional (PDN).
Eduardo Gallegos Mancera se involucró profundamente en esa nueva organización, pasando inclusive a formar parte de su Dirección Nacional.
Eduardo Gallegos Mancera y su hermano José Antonio Gallegos Mancera, fueron enjuiciados por haber participado en actividades comunistas, sin embargo más tarde fueron absueltos por la gran labor realizada por sus abogados, que en ese momento eran de los mejores del país.
En abril de 1939 participó en la II Conferencia Nacional del PCV, en la que se expulsó a un grupo fraccionalista; poco después, en agosto, ya recién graduado de médico, fue enviado por el PCV al estado Monagas, para organizar, dirigir y reconstruir el PCV en dicho estado, ya que en ese estado el PCV atravesó dificultades organizativas desde su fundación en 1934; esta tarea no sería fácil, ya que debía cumplirla clandestinamente, para lo que utilizó la fachada de su empleo como médico de la Unidad Sanitaria.
Durante la III Conferencia Nacional del PCV, celebrada en enero de 1941, hubo fuertes debates que giraron en torno a los expulsados por la Conferencia anterior, y que concluyeron con su readmisión en el Partido, aunque, irónicamente, no se produjo la autocrítica correspondiente por parte del grupo fraccional.
En total, el PCV con la fachada de UPV obtendrían 3 concejales en Caracas durante esas elecciones.
[1][2] Durante la IV Conferencia Nacional del PCV se dieron fuertes debates sobre el browderismo.
Gallegos Mancera alzó su voz denunciando esa tendencia como revisionista y liquidacionista, que nada tenía que ver con el marxismo; estuvo entre los primeros en América Latina en denunciar a Earl Browder, con el apoyo de varios camaradas de partido como Pedro Ortega Díaz.
Poco después de celebrada la Conferencia, ocurrió finalmente la división del PCV en tres grupos, dos de tendencia browderista y un tercer grupo minoritario, denominado “Grupo No”, encabezado por Eduardo Gallegos Mancera y Pedro Ortega Díaz, que no suscribía las posiciones de los dos sectores mayores y buscaba la reunificación del Partido.
Eduardo Gallegos Mancera cumplió con su deber de comunista: prefirió la muerte antes que la traición.
En esta época conoció personalmente, llegando incluso a entablar amistad con numerosos dirigentes del movimiento comunista internacional, tal como fueron Mao Zedong, Hồ Chí Minh, Kim Il-sung, Rodney Arismendi, Luis Carlos Prestes, Fidel Castro y Che Guevara, entre muchos otros.
Durante toda la década de los años 70 se dedicó a las actividades internacionales y organizativas del PCV, en 1975 publicó su obra más conocida, el poemario “Ancho río, alto fuego”, que llegó a editarse en varios idiomas.
[1][5] A mediados de los años 80, mientras dictaba una conferencia en Maturín, sufrió un doble infarto que puso en riesgo su vida.
Eduardo Gallegos Mancera murió como vivió: fiel a la ideología marxista-leninista, y sin poner en duda jamás su militancia en el Partido Comunista de Venezuela.