Edipo (en griego antiguo, Οἰδίπους; en griego moderno, Οιδίποδας; en latín, Oedipus: «pies hinchados»)[1] era un rey mítico de Tebas, hijo de Layo y Yocasta que, sin saberlo, mató a su propio padre y desposó a su madre.
[3] Según la versión de los trágicos, cuando Edipo obtuvo el reino se casó con su madre sin reconocerla.
Layo se prendó del joven y, faltando a las leyes sagradas de la hospitalidad, lo violó.
Layo evitó el contacto con mujer alguna, sin embargo, estando ebrio, se unió a su esposa Yocasta, y tuvo un hijo en Tebas.
Al nacer el niño, Layo le atravesó con fíbulas los pies y lo entregó a un pastor para que lo abandonara.
Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino.
[11][13] Más tarde Edipo encontró a la esfinge, un monstruo enviado por Hera que se había aposentado en el monte Ficio y daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, incluido Hemón el hijo de Creonte, y atormentando al reino de Tebas.
[15] Furiosa, la Esfinge se suicidó lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas.
Como premio, Edipo fue nombrado rey y se casó con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre.
Cuando los habitantes de Eteono se enteraron del hecho, consultaron el oráculo sobre lo que debían hacer y la respuesta fue que no se debía turbar al adorador de la diosa, por tanto los restos quedaron enterrados allí.
Edipo toma, entonces, la determinación de perseguir sin descanso al asesino y castigarlo muy duramente, sin saber que así, se está cavando su propia tumba.
Pero, a pesar de todo, Edipo seguirá desentrañando el caso hasta saber la verdad.
En Edipo Filósofo (1988), Jean-Joseph Goux sostiene que Edipo representa el poder de la razón, capaz de develar los acertijos con el ejercicio de la inteligencia sin tener que apelar a los dioses ni a ningún saber ancestral, siendo quien inicia el camino del pensar filosófico "que llega a la cima con Descartes".
De manera similar a Heracles que fuera adoptado por Hera durante su apoteosis, Edipo habría sido adoptado por su esposa Yocasta durante una ceremonia posterior mientras que la costumbre sagrada implicaba la muerte del rey predecesor de diversas maneras, en este caso posiblemente atado por los pies a un carro tirado por caballos y arrastrado por las calles, algo que sucedería también con Héctor.
Edipo se habría sentido deshonrado por la muerte del rey anterior y habría tratado de cambiar la costumbre sagrada al igual que ya había hecho anteriormente con la sucesión matrilineal del reino, el cual pasó a tener una descendencia patrilineal.