Economía de la salud

[3]​ Es, además, la aplicación de la teoría económica a los fenómenos y problemas asociados con la salud.[4]​ El médico debe incorporar conocimientos sobre economía a su práctica clínica, con tres objetivos:[5]​ El concepto de farmacoeconomía (no confundir con farmaconomía) intenta determinar qué tratamiento farmacológico es más eficiente entre las distintas opciones, es decir, cuál ofrece los mejores resultados clínicos con el menor coste posible.Los resultados económicos tratan con el costo y la utilización de recursos por los medicamentos e intervenciones en salud relacionadas con la obtención de la eficacia clínica; y los resultados humanísticos son específicos al paciente y enfocados a la calidad de vida obtenida con cada intervención o medicamento, al igual que con resultados que el paciente reporta como son síntomas físicos, psicológicos y de morbilidad.[8]​ El médico que trabaja en un sistema salud pública, puede prescribir un tratamiento farmacológico basándose únicamente en el beneficio del propio paciente, sin tener en cuenta el coste del tratamiento y la repercusión en el resto de la sociedad, y si prescribe un medicamento innecesariamente caro, la consecuencia es que de alguna manera lo paga el resto de la sociedad con sus impuestos y aportaciones (ya sean voluntarias o por descuento en nómina), ya que el exceso de recursos invertidos repercutirá en una menor disponibilidad económica para utilizar en otros servicios.Por ello, la elección idónea de cualquier tecnología sanitaria debe estar basada en el conocimiento clínico, pero también en la repercusión socioeconómica.
PIB per cápita por países en 2008, según los cálculos del FMI de abril de 2009.
Pasos del proceso de farmacoeconomía