Los dragones eran soldados que, desde mediados del siglo XVI hasta principios del siglo XIX, combatían como caballería (generalmente al ataque) e infantería (a la defensiva normalmente).
Su antecedente más remoto es el dimaca (del griego διμάχης) macedonio, un soldado de caballería pesada, que también luchaba a pie cuando era necesario.
A principios del siglo XVII Gustavo II Adolfo de Suecia desarrolló este tipo de tropas para sus ejércitos, equipando al dragón con sable, hacha y mosquete, siendo imitado por casi todos los ejércitos europeos.
No obstante, algunos ejércitos siguieron denominando dragones a ciertas unidades como las de caballería media o ligera (y en el siglo XX mecanizada), incluso hasta la actualidad.
A principios del XIX se convirtieron en lanceros y húsares.
Actualmente los llamados Dragones de Westminster están especializados en guerra nuclear, bacteriológica y química (NBC).
Esta unidad fue ampliada, convirtiéndose en un grupo de tres escuadrones, conocido como los "Dragones Angoleños".