Lo más probable es que la pintara Gianfrancesco Penni o Giulio Romano en algún momento entre 1520 y 1524.
Fue inspirada por los famosos documentos falsificados que garantizaban a los papas soberanía sobre sus dominios territoriales.
La pintura describe un acontecimiento histórico apócrifo, en el que el emperador Constantino I el Grande, arrodillándose ante el papa Silvestre I, y ofreciendo al Papa y sus sucesores el control de la ciudad de Roma y de todo el Imperio romano occidental.
La representación de Silvestre está modelada siguiendo los rasgos del papa Clemente VII quien comenzó a reinar en 1523.
Estas columnas fueron un regalo de Constantino que supuestamente las tomó del templo judío.