En 728, Liutprando, rey de los Lombardos, llegó a un acuerdo en Sutri con el papa Gregorio II, otorgándole al Papado el pueblo fortificado de Sutri en la Via Cassia y algunos otros sitios fortificados en Lacio.
El papa había recibido instrucciones de negociar con Astolfo y sus lombardos, pero pronto pronto no le quedó más remedio que apelar al rey de los francos, Pipino el Breve (quién había sido coronado en Soissons con la bendición del papa Zacarías), emprendiendo viaje a Francia y reuniéndose con él en Quiercy-sur-Oise en 753, la primera vez que un papa cruzó hacia la Galia.
No existe la versión original de este documento, sin embargo, fuentes del siglo VIII lo citan.
Esteban ungió a Pipino en Saint-Denis en una memorable ceremonia que fue recordada en las consagraciones reales de los reyes franceses hasta el final del Antiguo Régimen.
En 1440 se descubrió que el documento llamado la «Donación de Constantino» era una falsificación.