Domingo Pimentel de Zúñiga
Felipe IV le presentó en 1630 al obispado de Osma, del que tomó posesión al año siguiente;[1] dos años después fue promovido a la diócesis de Málaga, pero antes de ocuparla fue nombrado para la de Córdoba.[2] Antes de tomar posesión de ésta le fue encargada una misión diplomática en la que ostentó la representación del rey de España, junto con el jurista Juan Chumacero Carrillo y Sotomayor, en las negociaciones entre la Monarquía Católica y la Santa Sede; trataban sobre las cuestiones relativas a las reservas pontificias y el real patronato, es decir, el difícil equilibrio jurisdiccional entre el Papado, las iglesias locales y el rey en asuntos fiscales, jurídicos e incluso políticos en el interior de la Monarquía Hispánica.[3] En esos momentos no se llegó a un acuerdo, que se obtuvo al siglo siguiente en el Concordato de 1753.Fue nombrado cardenal por el papa Inocencio X en el consistorio del 19 de febrero de 1652.Murió al año siguiente en Roma, siendo enterrado en la iglesia de Santa Maria sopra Minerva de esta ciudad.