Domingo Álvarez Enciso

[1]​ Tres años más tarde, una de sus obras le mereció una beca para acudir a Roma a perfeccionar su arte.

[1]​ Desde la capital italiana remitió a la academia una copia del Rapto de las Sabinas, de Pietro da Cortona, y un cuadro de Tarquino y Lucrecia.

[1]​ Residió poco tiempo en España y regresó pronto a Roma, atraído por el estudio de la antigüedad.

[1]​ Consiguió copiar las obras de Rafael con exactitud, lo que le mereció que Carlos III le encargase copiar las estancias del Vaticano, de las que regaló a la Academia de San Fernando las del Heliodoro, La escuela de Atenas, El incendio del Borgo y La disputa de Sacramento.

[3]​ La Escuela de Cádiz compró algunas de sus obras a título póstumo para preservar su memoria y las destinó al museo provincial.

Endimión y la Luna , óleo sobre lienzo, 137 x 101 cm, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando .