La palabra domus (‘casa’), de donde tenemos «domingo», «don» y «domesticar».Domus se asocia con la raíz *demə- (‘construir’, ‘casa’) presente en el griego δεσπότης despótes (‘amo, dueño, señor’).El apóstol Juan se refiere al «día del Señor» como κυριακὴ ἡμέρα (Kyriaki himera) (Apocalipsis 1:10).[4] Kyriaki, que significa ‘del Señor’, más adelante se convirtió en la palabra griega para el domingo.La traducción al latín de la locución griega Kyriaki himera es dominĭcus dies.La mayoría de las confesiones cristianas actualmente consideran al domingo como el día del descanso, un día sagrado y que habitualmente conlleva la asistencia a misa o al servicio dominical correspondiente.Sin embargo, muchos creen que la locución «día del Señor» no se refiere a un día de la semana en especial, sino a un evento, el del juicio de Dios, pues en todo el Antiguo Testamento el día del Señor se refiere al juicio de Dios sobre las naciones.Sin embargo, esto no tiene que ser necesariamente así, ya que el tema en discusión en el llamado Concilio de Jerusalén tenía como fin otros puntos relacionados con la ley Mosaica y no precisamente este hecho.El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos.Esta idea alcanzará popularidad en el mundo cristiano, pues dicho apocalipsis apócrifo llegó a tener una gran difusión en la Edad Media,[10] y se halla presente en diversas leyendas como El viaje de san Brandán así como en los libros litúrgicos hasta finales de la época medieval.