Los primeros inversores en dominios en castellano conocidos en la industria fueron Christian Chena, Richard DIb, José Navarro, Miguel García, Matías de Tezanos o Carlos Blanco, entre muchos otros.
Los acrónimos cortos son considerados dominios líquidos debido a que cotizan de forma diaria (con diferencias sobre la bolsa).
Hay acrónimos, según su extensión y longitud, que no tienen ningún valor en un determinado momento, mientras que los dominios de tres y cuatro letras en punto com o tres letras en punto net u org tienen un valor elevado.
Desde 2013 los dominios SEO han comenzado a tomar relevancia por su valor para posicionar una página web en buscadores.
Estos enlaces los valoran muy bien los buscadores y se pueden redirigir o desarrollar para obtener tráfico.
Son dominios que forman un término genérico incluyendo toda su composición, normalmente la extensión, por ejemplo "opinion.es" o "coch.es".
Aunque estos dos ejemplos están muy diferenciados; el primero es algo habitual en muchos países y el segundo las marcas suelen perderlos, se trata de dos ejemplos de los riesgos a los que están sometidas las inversiones.
También es bastante habitual que algunas personas y empresas lleguen al sector por casualidad y mantengan prejuicios al respecto de la inversión debido a su poco conocimiento del sector que da la imagen de industria amateur.
Existen muchas empresas serias en el sector que favorecen las ventas y la dinamización del sector antes las pequeñas y medianas empresas, así como brokers que venden de forma profesional dominios de primer nivel.
Para 2018 el único evento en castellano a nivel mundial es DomainingEurope[13] (NamesCon Europe) que se realiza en Valencia.
También en el mercado en inglés aparecen varios jugadores con tasaciones basadas en IA, como godaddy[15] abierto al público a finales de 2017.