Comenzó a trabajar en un estudio fotográfico que posteriormente compraría al morir su dueño.No había revistas que difundieran la obra de los fotógrafos más interesantes.La crisis de los años treinta le afectó, debiendo pasar una larga temporada sin encargos.Participó como soldado en la Resistencia Francesa durante la II Guerra Mundial hasta que fue desmovilizado en 1940.Desde 1945 colaboró con Le Point y se integró de por vida en la agencia Rapho, retratando, entre otros, a Pablo Picasso.Todo su trabajo, fuera de los encomendados, siguió centrándose en la vida pública y situando a sus personajes en un ámbito cotidiano.«Mi foto es la del mundo tal y como deseo que sea».[1] Con Robert Giraud se abre a la vida nocturna de la capital: jazz, cafés y el arte alternativo.El artista que los haría anónimamente famosos los descubrió en un café parisiense y ambos aceptaron posar delante de su objetivo dándose un apasionado beso en mitad del tumulto de la ciudad.Una pareja afirmaba haberse reconocido en la imagen y reclamaba su porción del pastel.Pudo comprobar que había pagado el trabajo de Bornet y su compañero.Más tarde, reconocería el propio autor: «No es una foto fea, pero se nota que es fruto de una puesta en escena, que se besan para mi cámara».