Generalmente los pasos incluyen el grabar, transcribir (a menudo utilizando el Alfabeto Fonético Internacional y/o «la ortografía práctica» inventada para esa lengua), la anotación y el análisis, la traducción a una lengua de mayor uso, el archivar y la diseminación.
Estos materiales se pueden archivar, aunque no todo tipo de archivo es igualmente idóneo para preservar materiales lingüísticos en diferentes formatos tecnológicos ni tiene la misma accesibilidad para todos los posibles usuarios.
El preparar una buena documentación que incluya grabaciones con transcripciones y posteriormente una colección de textos y un diccionario, el lingüista puede hacer mejor su propio trabajo y puede también proporcionar materiales para uso de los hablantes de la lengua.
Todo esto se puede guardar en archivos digitales como AILLA o PARADISEC y ponerse a la disponibilidad de los hablantes con facilidad.
La documentación de la lengua también ha dado origen a nuevas publicaciones especializadas, tales como la publicación Language Documentation & Conservation (Documentación y Conservación de Lenguas) y la serie anual de libros Language Documentation and Description (Documentación y Descripción de Lenguas).