La frase describió inicialmente el principio de que los Estados Unidos tenían derecho de tratar como terroristas a los países que abrigaban o dan ayuda a grupos terroristas, y que más adelante fue usada como justificación para la invasión de Afganistán.
Más adelante, incluyó elementos adicionales, como la polémica política de guerra preventiva, que sostenía que los Estados Unidos debían deponer regímenes extranjeros que representan una supuesta amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, incluso si esa amenaza no era inmediata (utilizado para justificar la invasión de Irak).
Así mismo, incluía una política para implementar el concepto estadounidense de democracia en todo el mundo; globalizar el mismo, abogando al nacionalismo estadounidense para justificarse ante sus connacionales, expandiendo así a través de sus tanques de pensamiento, el sistema dominante o pensamiento unilateral a algunos de los Estados que más dificultades le habían presentado para lograr sus objetivos de aprovisionamiento de combustibles fósiles, especialmente en el Oriente Medio, bajo el supuesto de que se trataba de una estrategia para combatir la extensión del terrorismo, cuando, aún, no existe un concepto oficial del mismo.
La estrategia de seguridad nacional fue actualizada en 2006.
Federico Andreu Guzmán, director del Centro Internacional de Juristas, afirma que algunos elementos de la Doctrina Bush se asimilaron del Plan Cóndor aplicado en Sudamérica, tales como las rendiciones extraordinarias.