El hecho de que este juego despertara tanto interés entre las estudiantes provocó que fuese considerado materia obligatoria y anual para todos, dejando de ser un monográfico exclusivo para los chicos.
En unos pocos años el rugby femenino se fue extendiendo por la Comunidad de Madrid, País Vasco y la Comunidad Valenciana.
En 1991, España contaba con 27 equipos femeninos participando en competiciones territoriales.
El primer partido se jugó en Barcelona entre los clubs INEF Barcelona y el BUC y rápidamente se crearon otros clubes en diferentes puntos de España aunque fundamentalmente en los primeros años solamente procedían de Barcelona, Madrid y sus respectivas áreas metropolitanas.
Los principios del rugby femenino se caracterizan sobre todo, por un fuerte “choque” con el sistema masculino, el cual, todavía perdura en algunos aspectos.