En 1995 se convirtieron en las inesperadas vencedoras del Primer Campeonato de Europa venciendo a su rival, Francia, en la final por 21-6.
En el Europeo de 1997 (el primero donde compitieron todos los equipos británicos) jugaron la final Escocia e Inglaterra pero España demostró nuevamente su clase al quedar terceras.
España se clasificó para el Campeonato del Mundo en Ámsterdam y logró un meritorio 7º puesto.
Francia se colgó el bronce tras vencer a Canadá (41-7), mientras que España acabó en la 8ª posición después de ceder ante Estados Unidos (23-5).
La necesidad de jugar lleva a organizar giras y encuentros internacionales dónde las jugadoras se codean y en general vencen a potencias rugbísticas como clubes ingleses, galeses o franceses.