Divinus perfectionis Magister
Para dicha Congregación, era necesaria una nueva normativa, a la cual se añade la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister del papa Juan Pablo II promulgada el 25 de enero de 1983.[3] En general la Divinus perfectionis Magister contiene las nuevas normas requeridas para el proceso de canonización.Se resalta el hecho de que se confía al Obispo diocesano lo esencial del proceso: la investigación de la vida del santo, sus escritos (sean libros, cartas o diarios), sus virtudes y milagros y realiza los documentos que se deben presentar a la Santa Sede.La Congregración para las Causas de los Santos revisa la documentación y si no encuentra nada contrario a la fe cristiana en el candidato y juzga propicia la canonización, remite el juicio al papa.Inclusive Woodward, en su libro dice que ni el mismo Josepth Ratzinger, futuro Benedicto XVI, estaba de acuerdo con este nuevo procedimiento:[4]