[1] El término suele ocuparse para referirse a aquellos trastornos que aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular: hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y disminución del colesterol HDL.
La relación entre la obesidad y la dislipidemia es bastante conocida y difundida, la obesidad relacionada con el aumento de colesterol LDL, reducción del colesterol HDL, menor tolerancia a la glucosa tienen una mayor predisposición al desarrollo de hipertrofia ventricular izquierda.
La arterioesclerosis y la ateroesclerosis son patologías importantes que cuya incidencia en los últimos años ha ido en aumento.
Dada la amplitud de situaciones que pueden llevar a padecer este disturbio metabólico, el tratamiento debe ser individualizado.
Además, como frecuentemente estas alteraciones se asocian con otros hábitos y conductas tales como patrones de alimentación incorrectos y sedentarismo, suele ser muy útil contar con la colaboración de un psicólogo para ayudar al paciente a modificar estos hábitos poco saludables.