Su nombre viene de los dos principales contribuidores, el físico húngaro-estadounidense Edward Teller y del matemático polaco-estadounidense Stanisław Ulam, que desarrolló el diseño en 1951.
En 1941, Teller se une al proyecto Manhattan, que tiene como objetivo desarrollar la bomba atómica de fisión.
Debido a que las dificultades encontradas para realizar una bomba de fisión fueron enormes, no se siguió la pista de la bomba H, lo que causó una gran decepción a Teller.
Sin embargo, su modelo, aunque razonable, no permitió lograr el fin pretendido.
Ulam sugiere entonces un nuevo método que sí resultará exitoso.
La "implosión por radiación" se convirtió entonces en el método estándar para crear las bombas de fusión.
En comparación, las bombas H típicamente serían por lo menos 1 000 veces más potentes que Little Boy, la bomba atómica de fisión lanzada sobre Hiroshima.
La energía máxima liberada por una bomba de fusión no tiene límite teóricamente.