El informe del NSC, ahora desclasificado, apunta con toda seguridad a una explosión atómica.
[10] Sudáfrica desarrolló al menos seis cabezas nucleares, lo que se reconoció más tarde, junto con una variedad de misiles y otras armas convencionales.
Se llevaron a cabo estos proyectos con alguna cooperación de Israel - otra nación con tecnología militar avanzada y capacidad nuclear.
[11] Años después, en 1986, el técnico nuclear israelí Mordejái Vanunu, de origen judío-marroquí, reveló que Israel había estado desarrollando desde 1958 un programa nuclear en Dimona, en el desierto de Néguev, en estrecha colaboración con Sudáfrica.
Un primer informe del gobierno de los Estados Unidos en 1979, declaró que se había tratado, sin duda, de una explosión nuclear, y se atribuyó la responsabilidad a Sudáfrica.
Poco más tarde, la administración Carter creó una comisión de expertos para evaluar los datos suministrados por el satélite, pero dicha comisión concluyó que, con toda probabilidad, no se había tratado de una explosión atómica puesto que no se había encontrado radiación en las proximidades del punto donde se detectó el destello y, además, no se podía establecer la naturaleza exacta del fenómeno.
Pocos meses después, el estado federal de la Australia Occidental, registró índices anormales de radioactividad en la zona[15] y, mientras tanto, los científicos de Los Álamos, responsables del proyecto, continuaron asegurando que el satélite había funcionado correctamente, y que su fiabilidad estaba demostrada porque había detectado ya otros 41 ensayos nucleares.