Dirck Barendsz.

Dirck Barendsz., que firmó latinizando su nombre Theodorus Bernardus Amsterodamus (Ámsterdam, 1534-1592) fue un pintor y dibujante holandés, hijo y discípulo de Barend Dircksz.

[1]​ En 1555 viajó a Italia para completar su formación, pasando por Roma antes de establecerse en Venecia donde se dice que trabajó en el taller de Tiziano.

De vuelta en Ámsterdam, en 1562 o poco después, iba a convertirse en el principal introductor en los Países Bajos septentrionales del manierismo veneciano, aunque en un estilo más próximo al de Jacopo Bassano que al de Tiziano.

[2]​ Casado con Agnes Floris, con quien tuvo al menos ocho hijos, cultivó también la música y las matemáticas y, según Karel van Mander, se relacionó con pensadores y literatos como Dominicus Lampsonius, con el que se carteaba en latín.

Más abundantes son los dibujos de asunto bíblico o alegórico, conocidos por los grabados hechos a partir de ellos por Johan Sadeler, Adriaen Collaert o Jacques de Gheyn,[5]​ y las grisallas al óleo sobre papel, de las que se conoce una serie dedicada a la pasión de Cristo formada por cuarenta piezas pintadas hacia 1580 para ser grabadas –aunque solo cinco de ellas pasaron finalmente a la estampa– serie que actualmente se encuentra dispersa en museos y colecciones privadas, entre ellos el musée du Louvre (La traición de Judas,[6]​ Aparición de Jesús a san Pedro,[7]​ y Los discípulos de Emaús),[8]​ el musée Lambinet de Versalles (Jesús se aparece a las santas mujeres),[9]​ el musée des Beaux-Arts de Lille (Los muertos surgen de sus tumbas)[10]​ y la National Gallery of Art (Jesús es condenado a muerte).

La humanidad pecadora sorprendida por el día del juicio , óleo sobre tabla, 122 x 166 cm, Copenhague , Statens Museum for Kunst .
La humanidad esperando el juicio final , buril, firmado: «Theodor Bernar: Amsterod: pinx / Ioannes Sadler aut. scalp. Antuerpiae». Completando la pintura de Barendsz. una escena de guerra y destrucción vista a través de la ventana subraya el carácter pecador y olvidado de Dios de la humanidad antes del juicio, cuya realidad se hace explícita en el fondo de paisaje de la derecha y en la cita al Evangelio de Mateo 24: «así será también la venida del hijo del hombre».