La primera resta sería el resultado que se observa en el grupo de tratamiento después de recibir la intervención menos el resultado que se observó antes; y la segunda sería el resultado que se observa en el grupo de comparación después menos el resultado que se observó antes (sin haber recibido la intervención).Dicho supuesto estipula que la tendencia que se observa en la variable de interés o resultado para el grupo de comparación es igual a la tendencia que se habría observado en el grupo de tratamiento si no hubiera recibido la intervención.Claramente, es imposible comprobar este supuesto dado que nunca se puede observar lo que le habría pasado al grupo de tratamiento si no hubiera recibido la intervención.No obstante, para verificar si es plausible que dicho supuesto se pudiera cumplir, generalmente los investigadores explorar las tendencias de ambos grupos en años anteriores al inicio del tratamiento.Si antes de dar el tratamiento las tendencias de ambos grupos eran idénticas (como se muestra en el gráfico), y sólo a partir de la introducción del tratamiento comienzan a diferir, es plausible suponer que en ausencia del tratamiento se habrían seguido comportando igual., que se puede interpretar como el efecto del tratamiento indicado porMantiene todos los supuestos del modelo de mínimos cuadrados ordinarios.Dado que la definición formal anterior representa fielmente la realidad, este supuesto se cumple automáticamente.Cuando se utiliza un modelo de DID, surgen diversas cuestiones que pueden poner en peligro los resultados, como la autocorrelación y Ashenfelter dips, ambos debe ser considerados y tratados.Aunque no se muestra aquí con rigor, resulta que las estimaciones de este modelo son:El artículo de David Card y Krueger (1994)[6] busca aportar evidencia a la literatura económica sobre el efecto que puede tener el incremento en el salario mínimo en los niveles de empleo.Entonces, resultaba pertinente ofrecer otras pruebas alrededor de la relación entre salario mínimo y empleo.Dicha Ley promovió que el salario mínimo aumentara de 4.25 a 5.05 dólares la hora.En este sentido, la evidencia sugiere que el incremento en el salario mínimo en Nueva Jersey no redujo los niveles de empleo en esta industria, como supondría la teoría económica convencional.Dentro de Nueva Jersey, sin embargo, los autores no encontraron evidencia de que los precios aumentaran más en las tiendas que se vieron más afectadas por el aumento del salario mínimo.No obstante, es importante mencionar algunas debilidades del estudio de Card y Krueger que requieren que la interpretación de los resultados se tome con cautela.El estudio carece de validez externa, dado que los autores no tomaron en cuenta otras industrias u otros estados, por lo que la evidencia que presentan los autores no necesariamente es generalizable a otras poblaciones en otros contextos.Además, en este trabajo no se explora con suficiente profundidad la plausibilidad del supuesto de tendencias paralelas.Respecto a cambios concurrentes o simultáneos a la implementación de la nueva ley de salarios mínimos, Card y Krueger toman en cuenta que esto sucedió a la par de una recesión económica, pero argumentan que es poco probable que dicha situación afectara el impacto del salario mínimo.[8] Esta política de infraestructura educativa se implementó en Indonesia en 1973-1974 y 1978-1979.Se construyeron, en promedio, dos escuelas por cada 1,000 niños de 5 a 14 años en 1971.Las nuevas escuelas debían construirse en los distritos con las tasas de matriculación más bajas.Además, el gobierno contrató y capacitó a maestros, los cuales aumentaron en 43 por ciento.La muestra se compone por 152,989 individuos, de los cuales 60,633 percibían un salario (el resto eran autoempleados).La edad del individuo y la concentración de escuelas construidas en su distrito son factores exógenos que se utilizan como variable instrumental en la ecuación de salarios.En la Tabla 2, se presentan los datos con los que Duflo puso en práctica el método de DD para averiguar el efecto causal del programa.Los cortes por edad representan mayor, menor o nula exposición al programa.Duflo considera tanto la alta o baja exposición a la construcción de escuelas como los grupos de diferentes edades, como se mencionó antes.Para el Panel B, los resultados de los estimadores de DD son efectos menores, casi cercanos a cero (aunque estadísticamente significativos, por lo que Duflo desarrolla una estrategia econométrica en el resto del documento para obtener resultados más convincentes).Podría argumentarse, sin embargo, que el estudio tiene poca validez externa, por el contexto y la población tan particular en el que este programa se implementó en Indonesia.