Navegaba en las galeras de Malta por el año 1570, cuando, en un combate con el turco Uluch Alí en las costas de Sicilia, fue apresada su galera, la Santa Ana, y toda su dotación o muerta o herida.
Diego Brochero fue condenado a bogar en una turca, tardando mucho tiempo en poder ser rescatado.
En un desembarco en Morlaix, dejó a doscientos hombres que efectuaron una misión de castigo en lugares diferentes.
Trasladó en un viaje al ingeniero Rojas para que diseñara y acondicionara el nuevo puerto de Brest.
En 1596, guardando la boca del río Tajo con dieciocho bajeles a su mando, evitó el desembarco de una fuerza inglesa al mando de lord Charles Howard, que viendo fracasar su acción, se dirigió al sur, cayendo sobre Cádiz, ciudad que fue saqueada.
Sufrió la fuerza expedicionaria dos fuertes temporales, el primero en Finisterre que la dispersó, reuniéndose la flota de nuevo en La Coruña.
Por lo que, rodeado en las dos poblaciones conquistadas, la nombrada más Baltimore, apretaban el cerco de los 4.000 españoles, un cuerpo inglés al mando del virrey lord Mountjoy con 9.000 hombres, mientras que por la mar hacía lo propio sir Richard Levison.
Al ser llamado don Diego Brochero como almirante general al Consejo, dándole amplitud de atribuciones, que en buena hora se le llamó a la Corte para emplear su genio organizador del que también dotado estaba.
Lo primero que hizo fue ponerse a trabajar con los inferiores, o sea la marinería, redactándose y poniéndolas en vigor las Ordenanzas para las armadas del mar Océano y flotas de Indias.