[1] Tras ocupar altos cargos en la administración colonial en el sur del Perú, en 1557 fue asignado como corregidor de Huánuco haciendo visitas a las provincias de todo el corregimiento a pedido del virrey De la Gasca entre 1556 y 1558.
Por lo tanto, por derecho matrimonial, Álvarez adquirió y administró dicha encomienda fundando el primer obraje en Aurinja, hacia mayo de 1571.
Dicho legajo muestra las propiedades, inversiones, influencia política, nativos encomendados y personal a su cargo, así como sus obras de caridad.
Entre otras cosas, Álvarez es recordado por ser el principal benefactor para la construcción del convento de San Agustín en la ciudad de Huánuco entre 1580 y 1600.
Entre quebradas y montañas: una historia regional de Conchucos, siglos XVI-XX.