Entre las especies de este género se hallan los únicos marsupiales que aún pueblan el subcontinente norteamericano.
La cabeza es relativamente grande, con el hocico acuminado provisto de largas fimbrias (vibrisas) extremadamente sensibles al tacto.
Los ejemplares que habitan las regiones más frías, pueden perder las orejas y el extremo distal de la cola debido a necrosis criogénica.
Todas las especies son omnívoras, aprovechando prácticamente cualquier tipo de material comestible que encuentran en su constante deambular nocturno.
Alimentos tan dispares como frutos, granos, insectos y otros artrópodos, pequeños vertebrados o carroña son parte habitual de su dieta.
Algunas hembras, sobre todo de las dos especies anteriores, pueden tener una tercera camada en el último trimestre del año.
Aquellas crías que logran pegarse a los pezones, pueden mantenerse ahí, por al menos 60 días.
No obstante, parece ser que solo son activas sexualmente durante los dos primeros años de vida.
El interior del nido suele estar tapizado con hierba y hojas transportadas hasta el mismo con la ayuda de la cola prensil o en la boca.
Solo las hembras, ocasionalmente, tienden a vivir en pequeños grupos, mientras que los machos, por su parte, suelen combatir cuando se encuentran.