La primera referencia a una persona instituida con ese encargo preciso se encuentra en una bula de Inocencio III (1198-1216) que se refiere al Limosnero como un cargo ya existente.
Posteriormente, Gregorio X (1271-1276) mediante una bula organizó la Limosnería Apostólica estbaleciendo sus atribuciones; una bula de Alejandro V del año 1409 reguló los procedimientos y normas de la Limosnería.
[4] También la constituación apostólica Pastor Bonus, de Juan Plablo II, incluye la Limosnera Apostólica, como una institución vinculada a la Santa Sede, que "ejerce, en nombre del Sumo Pontífice, el servicio de asistencia a los pobres depende directamente de él".
El Limosnero de Su Santidad tiene dignidad arzobispal, es parte de la Casa Pontificia y, como tal, participa en las celebraciones litúrgicas y en las audiencias oficiales del Santo Padre.
Es competente para recibir, buscar y solicitar donaciones gratuitas destinadas a las obras de caridad que el romano pontífice ejerce con los más necesitados.